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Perros entrenados, Perros asesinos?

Cuando leemos las noticias de los periódicos acerca de perros que han atacado a humanos, inmediatamente surge la idea del perro malo o perro asesino y ni que hablar si se dice que el perro se hallaba entrenado.

Entrenamiento en grupo
Entrenamiento
Entrenamiento

Cabe reflexionar entonces: ¿Un perro entrenado es asesino o malo?

En primer lugar y en particular se considera que no hay perros malos,  sino dueños permisivos, irresponsables, o desconocedores del carácter y necesidades de una raza o de la combinación de varias o todas estas cosas a la vez.

Debemos tomar en cuenta que nuestro perro va a hacer exactamente lo que le hemos enseñado o repetirá aquello que le hemos permitido, sin discernir lo bueno de lo malo. Es nuestra tarea lograr que repita las buenas acciones corrigiendo las malas.

Se considera un perro entrenado, a aquel que ha sido instruido para obedecer ciertas órdenes, ya sean destinadas a la buena convivencia en el hogar o a exhibiciones en competencias.
Para el hogar se enseñan órdenes destinadas a lograr que la convivencia familiar sea más armoniosa y para que la mascota y sus dueños se entiendan adecuadamente.
En el caso de los perros que se inscriben  para competencias se les enseñan rutinas para que la mascota logre llevar a cabo  ejercicios determinados, tratando de cometer la minima cantidad de errores posibles, con el fin de lograr una mayor calificación.

Existen diferentes tipos de entrenamientos, através de los cuales  se canalizan las inquietudes y la hiperactividad de un perro, como lo son:


No olvidemos tampoco a los perros de cine como los legendarios Rin Tin Tin o Lassie a quienes seguramente nadie deja de recordar.

¿Entonces por que un perro es malo?

Recordemos que nuestros amigos de cuatro patas si bien durante muchos siglos nos han acompañado en nuestra vida diaria, fueron en su momento animales salvajes que se manejaban con códigos de convivencia y con lenguaje propios de la especie, y que a medida que fueron domesticados, han sido insertados en la sociedad humana, pero aun así conservan ciertos códigos que han perdurado a través de generaciones.

Si bien la mayoría de las veces puede tratarse de un tema de comportamiento, es importante agotar todas las posibilidades para cerciorarnos que la agresión no sea la manifestación de alguna patología veterinaria. Es aquí donde la consulta con un buen veterinario de confianza es lo más indicado.
Si el veterinario confirma que se trata  de un perro físicamente sano, podemos inferir que el tema es netamente de comportamiento y educativo.

Los perros se manejan en una sociedad con jerarquías verticales, donde el líder denominado también “Alfa” es el que ejerce el control de toda la jauría, y es el que determina quien come primero, quien montara a las hembras y quien cuidara a los cachorros.

Cuando un cachorro llega a nuestros hogares y lo adoptamos dentro de nuestro núcleo familiar, por lo regular es común que toda la atención vaya dirigida al nuevo integrante. Desde ese momento el cachorro esta siendo educado, sin que nosotros tengamos conciencia de que ese entusiasmo inicial que tenemos ante el nuevo integrante de la casa lo conducirá más adelante, a ser  el “alfa” de la jauría.

Cuando nuestro cachorro se sube sin permiso a los sillones, a las camas o nos quita nuestros lugares preferidos en la casa, esta expresando el comienzo del liderazgo al cual lo estamos acostumbrando, y con esto, nuestro hogar pasa a ser parte del territorio de nuestra mascota.

En ocasiones los cachorros nos deleitan con gracias, las cuales festejamos, con lo que ese comportamiento se repetirá, ya que nuestra risa y caricias significan que le estamos diciendo que aquello que hizo esta bien hecho, y por lo tanto el problema se hace mas grande a medida que nuestro cachorro va creciendo y las gracias del pequeño se convierten en problemas que pueden acabar siendo una agresión de grande. Este es el típico caso del cachorro que mordisquea a la familia o de aquel que gruñe si alguien lo retira del sillón del living o de encima de la cama.

La actitud del  dueño deberá ser aquella de tomar el mando de la jauría, pues aunque nosotros hablemos en lenguaje humano y nuestra mascota canina se acostumbre a los sonidos de ese lenguaje, siempre terminará hablando “idioma perro”.

La mayoría de los accidentes y de las agresiones dentro del hogar con nuestros propios perros, es por la falta de comunicación entre la mascota y la familia, puesto que la mayor parte del tiempo, forzamos a nuestros amigos a que procesen las ideas y piensen como pensamos los humanos, y no consideramos que en el lenguaje propio de ellos, podemos estar agrediéndolos involuntaria e impensadamente con algunas de nuestras actitudes. El otorgarles una jerarquía elevada dentro de “la sociedad” en la cual se convive diariamente, hará también que las reglas las imponga nuestra mascota. De allí la importancia en reconocer que nuestro perro es nuestro gran amigo pero no nuestro hijo ni nuestro hermano. Nuestro perro jamás será humano y siempre seguirá siendo perro por más inteligente fiel y compañero que sea.
Por esta cuestión es que en ocasiones, algunos perros entran en conflicto, porque al ser tratados como humanos, tienden a adoptar costumbres que no les son propias y que mas adelante les acarrearan severas dificultades en su equilibrio emocional, lo cual se reflejara en la convivencia.

Por lo que un perro bien entrenado estará mas seguro de si mismo y con una buena guía aprenderemos a manejar mensajes en “idioma perro” con lo cual la comunicación será mas fluida entre nuestra mascota y nosotros.

Es aquí donde se revela la importancia del entrenamiento adecuado a cada necesidad como medio de adaptación y aprendizaje, ya que este nos permitirá conocer al dedillo cada actitud que vaya surgiendo en las diferentes etapas evolutivas de nuestra mascota, así como poder observar como nuestro perro ríe cuando esta contento o como demuestra un dolor que de otra manera podría pasar inadvertido o cuando expresa temor que muchas veces es el detonante de una agresión y que canalizado adecuadamente le permite ser un perro seguro de si mismo, con lo cual a la larga se evitaran accidentes.

Es indispensable también elegir el perro adecuado en carácter, tamaño y requerimientos de salud necesarios para cada hogar y grupo familiar para poder estar seguros que la elección previamente elaborada no acabara siendo una molestia ni un peligro para nosotros y nuestro entorno, los cuales suelen tener un final triste o desagradable.

Es esencial que aprendamos a comunicarnos con nuestra mascota y conocerla para  poder atender a sus necesidades y hallar el punto de equilibrio ideal que nos permita disfrutar a todos de la hermosa experiencia de la convivencia entre perros y humanos, sin tener que lamentar agresiones, destrozos ni abandonos. Esa falta de conocimiento y comunicación es generalmente el comienzo de muchas historias de perros que padecen los horrores de haber sido abandonados en la calle, o en zonas de veraneo luego de haber sido el juguete temporario de algún niño o que acaban siendo sacrificados por no entender que quisieron expresarnos.

Adoptar un perro, sea este cachorro o adulto, de raza o “marca perro”, sano o con alguna disminución física, significa un pacto de amistad incondicional a cambio de cuidados responsables y educación, ya que sin lugar a dudas, los días que estemos tristes, aquellos que deseemos caminar, o cuando lleguemos rendidos al final de una agotadora jornada de trabajo, siempre habrá un amigo de cuatro patas dispuesto a mover la cola y estar junto a nosotros.

Agradecemos el artículo del Lic. Manuel Padilla
Director de Instrucción Canina.
[email protected]

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