Los perros y gatos,
tienen un tiempo de vida más corto que el nuestro, por ello las medidas
preventivas empiezan a muy corta edad y son muy fundamentales para
evitar enfermedades graves y conductas inesperadas.
Muchas perras entran en celo por primera vez entre los 9 meses y el año de edad, y en algunas razas
de gran tamaño lo hacen hacia los 18 meses. Como norma general, es
mejor esperar el segundo celo para que la perra se desarrolle ya que
así estará más madura. La gestación de la perra dura aproximadamente 63
días. Puede variar si las crías son grandes, este periodo puede
acortarse un poco. La perra puede mostrar algunos signos que confirman
la gestación, tales como malestares leves por las mañanas o vomitar un
poco de espuma amarilla. También puede tener un poco de falta de
apetito durante las primeras semanas, e inclusive, perder peso, que
puede ser la manera en que la naturaleza hace perder peso a las perras
que están excedidas, como una preparación para mejorar el proceso del
parto por venir. Las hembras preñadas no deben sufrir estrés y se debe
acariciar su abdómen luego de la mitad del embarazo, esto contribuirá a
que los cachorros sean más tolerantes al tacto.
Los cachorros ya nacen con los parásitos porque la madre se los ha
transmitido a través de la placenta y luego con la leche en la
lactancia, por eso es muy importante desparasitar a la futura madre
antes del servicio de apareamiento. A los 10 días comienzan con su
tratamiento de los parásitos que han sido heredados por la madre, y
esto se hará periódicamente en su vida.
El plan de vacunación se comienza a los 45 días de vida del cachorro
con la primera dosis de Parvovirus o Moquillo, según los casos y la
época del año. En verano se recomienda vacunar primero contra
parvovirus porque esta enfermedad se manifiesta con más frecuencia en
el período estival y, en invierno primero contra el moquillo, pero esto
se modificará en cada caso en particular y por los antecedentes de
enfermedades. Se vacuna con refuerzos a los 66 y 87 días de vida,
semestral, anual, bianuales de acuerdo al diagnóstico y criterio del
veterinario.
Es cerebro es un órgano fundamental que regula el comportamiento del
perro, este sentido se desarrolla entre la preñez y a los 3 o 4 meses
de vida del cachorro, éste va creciendo al mismo tiempo y con mucha
rapidez que su cuerpo.
La socialización es un Período Sensible en el desarrollo del perro en
el cual se observa un marcado aumento en la conducta exploratoria. El
período de socialización se inicia cuando los órganos de los sentidos
son apenas funcionales (todavía inmaduros) se realiza de (3 a 4 semanas
de vida) y termina con la aparición de una respuesta de miedo frente a
lo desconocido (10 a 12 semanas de vida).
En este período el cachorro siendo inexperto logra identificar a las
personas, con una visión deficiente, ve sus movimiento, sus formas
particulares como seres diferentes al humano adulto.
La duración del periodo sensible, así como su aparición cronológica,
depende del carácter precocial o altricial de la especie y está en
relación directa a su periodo vital en cuanto a duración del proceso.
Los niños de pequeña edad, pueden manipular a los cachorros con
juguetes, esto lo hacen cuando no están vigilados, a los perros les
produce daños físicos, mucha angustia. Luego los malos recuerdos en un
animal adulto son poco tolerantes al dolor, se vuelven temerosos o
generan una reacción agresiva a las personas que lo rodean.
A las 7 semanas de vida, el Test de Campbell, puede ser una útil
herramienta utilizada por el Profesional. Campbell creó una serie de
pruebas que desvelan los rasgos de personalidad más sobresalientes de
cada cachorro, para mostrarnos el futuro comportamiento del cachorro, y
que podamos decidir si se adapta a nuestras expectativas, orientarnos
sobre su educación o futuro. También saber si es el perro guardián o el
mejor amigo de tus hijos.
Educar a un animal para convivir con el medio que lo rodea, le brinda
una mayor oportunidad de ser querido, cuidado y respetado el resto de
su vida.
Fuente: www.sobreperros.com